Un antes y un después de Cristo

Un antes y un después de Cristo

Para mí ha sido de gran bendición el grupo de Águilas, creo que entre las tantas necesidades que tenía cuando llegué a la iglesia esta era una muy importante, un lugar donde mis hijos estuvieran cuidados mientras yo podía escuchar la palabra de Dios que tanto ansiaba y necesitaba.

Me encontré con la bendición de un grupo donde podía dejar a mi hija Gabriela de 15 años (en ese momento) con necesidades especiales a raíz de una hidrocefalia, y que además de estar cuidada ella iba a recibir las lecciones de parte de maestros especiales, con un corazón tan grande que estaban dispuestos a atender y enseñar a mi hija.

También necesitaba ubicar a Esteban 8 años (en ese momento) que presentaba problemas de conducta por su hiperactividad, y nos dimos cuenta que también el grupo de Águilas era especial para él.

Ahora 3 años después, tengo muchas bendiciones que contar, pero entre muchas les puedo decir que Gabriela me pide desde el sábado que la lleve a la igle y me dice “y los chichitos onde están” “y la niña de Gaby” “pinta pinta niña de Gaby” que quiere pintar con la niña de Gaby eso quiere decir. Quiere montones a las niñas o profesores de Águilas. Sigue algunas canciones y le gusta mucho moverse y dar vueltas, danzando. La música que solicita es música de Dios y que le suba el volumen.

De Esteban les cuento que ha madurado y la gran bendición es que está sirviendo en el grupo de Águilas como edecán, siendo para mí una gran bendición porque estuvo sirviendo al lado mío porque por llamado de Dios también soy maestra del grupo de águilas.

Mi Señor escuchó mi súplica, literalmente pedí sin conocer de Él: que me auxiliara, que me extendiera su mano y me levantara y no me dejara caer, también pedía crecer espiritualmente, conocerlo a Él. Y Él en su gran amor me sembró en un lugar donde encontré su amor, me restauró, y he crecido espiritualmente junto con mis hijos, y anhelamos servirle.

Considero que todas las iglesias deberían tener un grupo para atención a personas con necesidades especiales, son de gran bendición.

¿Qué fue lo más difícil para salir adelante durante estos años? Bueno yo ya tengo un antes y un después de Cristo. Y antes de Cristo, como mujer, sin pareja y con hijos creía que estaba sola, pero ahora sé que Dios siempre estuvo ahí, y está conmigo, además cuento con un grupo que me apoya y apoya a mis hijos.

Que Dios les bendiga.

Rocío Aguilar Mora
Mamá y maestra